Todos los creyentes en Cristo deberemos comparecer ante el Tribunal de Cristo y allí recibiremos galardón o rechazo, de acuerdo a lo que hayamos hecho (después de recibir a Cristo como nuestro salvador) mientras estábamos en el cuerpo. (2 Corintios 5:10; Romanos 14: 10-12)

Habrá también un juicio final en el cual los muertos sin Cristo serán levantados y juzgados de acuerdo a sus obras y según el dictamen de sus conciencias. Cualquiera cuyo nombre no se halle inscrito en el libro de la vida, será lanzado al lago de fuego junto al diablo y sus ángeles, la bestia y el falso profeta; y tendrán un tormento eterno en el lago que arde con fuego y azufre, el cual es la segunda muerte. (Mateo 25:46; Marcos 9:43-48; Romanos 2: 11-16; Apocalipsis 19:20; 20: 11-15; 21:8)