Santificación es un acto de separación de aquello que es malo, y de dedicación a Dios. (Romanos 12:1,2; 1Tes. 5:23; Hebreos 13:12). Las Escrituras enseñan sobre una vida de santidad, sin la cual nadie verá al Señor (Hebreos 12:14). Por el poder del Espíritu Santo, nosotros somos capacitados para obedecer el mandato: "Sed santos, porque Yo Soy Santo" (1 Pedro 1:15, 16).
La santificación es realizada en el creyente al reconocer su identificación con Cristo en Su muerte y resurrección, considerando siempre el hecho de esa unión por la fe; y por ofrecer continuamente cada facultad propia al dominio del Espíritu Santo. (Romanos 6:1-11, 13; 8:1-2, 13; Gálatas 2:20; Filipenses 2:12, 13; 1 Pedro 1:5)
La iglesia es el Cuerpo de Cristo y la habitación de Dios a través del Espíritu Santo; con el divino propósito de cumplir con la gran comisión. Cada creyente, nacido de nuevo por el Espíritu Santo, es una parte integral de la Asamblea General e Iglesia de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en el Cielo. (Efesios 1:22, 23; 2:22; Hebreos 12:23).
Debido a que el propósito de Dios con respecto al hombre, es buscar y salvar a los perdidos, ser adorado por el hombre y construir un cuerpo de creyentes a la imagen de Su Hijo, la razón prioritaria de la Iglesia Nueva Vida como parte de la iglesia universal de Dios, es:
- Ser una agencia de Dios para la evangelización del mundo (Hechos 1:8; Mateo 28:19-20; Marcos 16:15-16);
- Ser un cuerpo corporativo en el cual el hombre adora a Dios (1 Corintios 12:13); Ser un canal de Dios para que cumpla Su propósito de construir un cuerpo de santos, siendo perfeccionados en la imagen de Su Hijo. (Efesios 4:11-16; 1Corintios 12:28; 14:12)
La Iglesia Nueva Vida está disponible para que el Espíritu Santo manifieste su poder real y transformador, y para que nos use según los designios de Su voluntad; permitiéndonos evangelizar en el poder del Espíritu Santo, quien ejecuta señales y prodigios sobrenaturales (Marcos 16:15-20; Hechos 4:29-31; Hebreos 2:3-4);
- Permitiéndonos adorar a Dios en espíritu y en verdad. (Juan 4:23-24; 1Corintios 2:10-16; 1Corintios, capítulos 12, 13 y 14); y
- Permitiéndonos responder a la completa labor del Espíritu Santo, en cuanto a los frutos y los dones espirituales y del ministerio, para la edificación de la iglesia (Gálatas 5:22-26; 1 Corintios 12:28; 14:12; Efesios 4:11-12; Colosenses 1:29)