La evidencia interna de la salvación es el testimonio directo del Espíritu Santo. (Romanos 8:16);
La evidencia externa para todos los hombres es una vida de justicia y verdadera santidad
(Efesios 2:10; 4:24; Tito 2:12; Santiago 2:14-26; 1Juan1:5-6; 2:4-6; 3:14-15; 4:20)