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La iglesia no es una institución o denominación religiosa. Más bien, la verdadera iglesia de Cristo está conformada por todos aquellos verdaderos seguidores de Cristo en todas las generaciones, que se han apropiado personalmente de las buenas nuevas del evangelio y son hechas nuevas criaturas; siendo renovadas y llevadas hacia la perfección por medio del Espíritu Santo que habita en cada verdadero creyente.
 
La iglesia existe para alabar y glorificar a Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Además existe para servirle fielmente a Él, haciendo Su voluntad en la tierra. Esto implica un compromiso de colaborar con Dios para que el evangelio sea predicado en el mundo entero.
 
Todos los miembros de la verdadera iglesia de Cristo deben ser una parte vital y comprometida de una iglesia local (Hebreos 10:23-25). En este contexto son llamadas a andar en el Nuevo Pacto como el pueblo de Dios para demostrar la realidad del reino de Dios. Cristo ha dado dones ministeriales para equipar la iglesia (Efesios 4:10-16), para su crecimiento y madurez.
A través de los dones ministeriales, todos los miembros de la iglesia deben ser alimentados y equipados para el trabajo del ministerio. En el contexto de la iglesia local, el pueblo de Dios recibe cuidado pastoral y la oportunidad de emplear los dones otorgados por Dios para servirle a Él en relación a los unos y los otros, y al mundo.
Creemos que es el deseo de Dios que cada creyente sea lleno del Espíritu Santo y que sea santificado completamente, separado del pecado y totalmente dedicado a la voluntad de Dios. La Iglesia Nueva Vida reconoce que no puede obligar la conciencia de los miembros individuales en áreas donde la Escritura guarda silencio (Deuteronomio 29:29; Proverbios 25:2); más bien, cada creyente debe ser guiado a esas áreas por el Señor, ante Quien él o ella es responsable en última instancia (Eclesiastés 12:13-14).